ALMONÍA, es un término que se acuña con la contribución de dos palabras: "Armonia y Alma", entendiéndose como armonía: la manifestación de la frecuencia energético vibracional del justo medio y la equidad, que se expresa a través de la resonancia del ser, en su identidad sensible: lo físico, lo emocional, lo psíquico e intelectual y lo trascendente: su alma.
Nadie discute ahora, que el Ser Humano es una realidad que se la aborda desde ámbitos de la integralidad y unicidad. No se puede abordar su análisis de otra manera.
El Ser Humano no es solo un elaborado amasijo de músculo, hueso, uñas, pelo, corazón, sangre, fluidos, piel y miles de componentes: químicos, físicos y biológicos o muchos más (con el perdón de los entendidos), lo físico, es solo uno de los elementos constitutivos de la inegralidad de un ser, quizá el más notorio por el "bulto" que no se puede evitar y que cargamos a cuestas: nuestro cuerpo, no es más que la envoltura, la fachada, el armazón y la frontera que se puede experimentar con nuestros órganos sensoriales, se la ha denominado máquina maravillosa, ¡¡¡ y lo es !!! pero es mucho más que materia que se deteriora y se repara con vertiginosidad impresionante.
El cuerpo, la materia, lo físico, es el vehículo que adquirimos al ingresar a este "tránsito" que llamamos vida, lo mal-usamos, mal-tratamos, mal-alimentamos, y en ocasiones lo auto elimimamos, como consecuencia de nuestra ignorancia (lo dejo a personal análisis y reflexión), del rol para el que fue ergonómicamente diseñado y con perfección construido a fin de prestarnos eficiente servicio. Es el integrante de nuestro ser, que de manera evidente nos enseña su deterioro o mal uso mediante la notoria manifestación de las enfermedades.
Continuará...
